domingo, 9 de enero de 2011

Silencio del Rosal Selenio...

Desperté recondándote,
   siempre lo hago.

Sentí de nuevo que te tenía,
y entre sábanas mágica volviste a besarme.
   Beso mañanero, alimento a mi paz.

Gestos, 
    presentimiento, 
         Anhelo.

No estás aquí,
   pero estuviste.


Alguien más te recibe,
   al menos lo hacía.

Alguien más te disfruta,
   al menos lo hacía.

No digas más que nos hicimos mucho daño,

¿Te hice daño?, Si.
   Y lo reparé en entrega total.


¿Me hiciste daño?, Aún lo haces.
   Y te justificas con el otrora.

Ya no te lleno de magia,
   Ya no aceptas mis detalles,
     o tal vez, no te lo permites,
         para vivir esa quietud que crees dicha,
            y renunciar a mi tormenta,
que sabes, ansías en secreto.

Crees castigarme, y en flagelo te deshaces.
Y ¡Sí!, me castigas,
                                  ¡Bravo!.

Pero te tengo en mis recuerdos,
y te vivo entre mis sueños,
y me leerás en silencio,
como la rosa al otro lado de la luna.

En mi mundo ideal,
aún te lleno.



"Un poeta egótico, en su mejor sentido y ajeno a la otredad....
     ... esteta fino y sabio que canta la rosa lunar del tiempo."
- La Musa Funámbula, de Rafael Morales Barba -
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